La comunidad de SitioNuevo, corregimiento de Puerto Wilches, Santander, vive olvidada en pleno siglo XXI; su pueblo está aislado, incluso del corregimiento más grande, Vijagual: su vía no alcanza ni el título de trocha, es un lodazal que se convierte en trampa para sus moradores.

El lugar del caserío ha sido trasladado tres veces; consecuencia de la ola invernal, cuando el río Magdalena crece o sube, el primer sitio en anegarse es SitioNuevo, el pueblo que lo reconstruyeron de nuevo; aquí una libra de azúcar es costosa y una gaseosa, ni se diga. Todos sueñan en unir fuerzas para alquilar una volqueta que tape los huecos que hay diseminados en los caminos de herradura; porque si piensan en la ayuda del gobierno local o departamental, morirán de viejos y quedaran como el Coronel de García Márquez, esperando en el viejo puerto.

Uno de sus habitantes dice: “En el tiempo que estamos no podemos sacar nada de los productos agrícolas que producimos, porque la vía la tenemos muy mala, esperamos reunirnos dinero con la comunidad o con la ayuda de un buen samaritano de la región, para traer un aparato o una volqueta y tapar, porque no podemos de otra manera” manifiesta “Sino bregamos que hacemos nosotros mismos, porque NO hay nada que hacer, el gobierno nos tiene abandonado y si un carro entra a nuestro caserío, se queda enterrado; mientras el transporte por agua, que es el único medio de comunicación que tenemos, nos quita y nos da, pero es muy costoso, supera el valor de los que nosotros producimos” puntualiza con una tristeza marchitable.

SitoNuevo es un pueblo que muestra la realidad del olvido del gobierno de Santander, una radiografía de los pueblos más abandonados del país.