No a un tercer elefante blanco, el puente San Antonio se construye
Por: David Torres, Periodista en Zona de Alto Riesgo.
Para que el puente de la quebrada de San Antonio, no se convierta en un tercer elefante blanco; las comunidades de Santa Lucia, San Blas y San Joaquín, le exigieron al consorcio hacer la obra y le dijeron además, si han embolatado los recursos, serán de otro puentes, porque aquí en el sur de Bolívar, se hacen; y le exigimos al gobierno departamental, darle continuidad inmediato a la construcción del nuevo puente que la requieren los ciudadanos del campesinos de esta zona, que diariamente se tienen que desplazar a los municipios de San Pablo, Simití y Santa Rosa del sur en el departamento de Bolívar.
Esta obra tiene un costo aproximado de 3 mil millones de pesos y están aprobado; iguales suertes van a tener los otros puentes, si las comunidades lo permiten y NO se ponen las pilas para que se hagan las obras como son; ya que los contratistas todo lo hacen al revés y este territorio no solo se cuenta con el apoyo de la personería y del gobierno de la alcaldía.
Con esta son tres las obras las que se aprobado en este lugar y dos, quedaron tiradas como vestigio de la corrupción que las besan continuamente las aguas frías de la quebrada procedente de las serranías de San Lucas y que la comunidad pide… ruega que se haga el milagro de San Antonio, para que no quede como monumento de los tramposos y corruptos.
Según, el segundo acuerdo entre los contratistas y la comunidad, que no solo ha sufrido el látigo de la indiferencia y el olvido del estatal, sino ser el nido de quienes se apropian de los recursos de los pobres; la exigencia de los habitantes, la construcción de los hormigones se inicia mañana y será el espejo del desarrollo de una comunidad que ha vivido el conflicto armado, y que punta de presión logran que las obras se cumplan.
La comunidad preocupada por el actual veedor; decidió montar dos grupos de veedores más, para vigilar con lupa la elaboración de la obra; aunque está en sus términos de tiempo; la comunidad siente desconfianza por lo que le ha ocurrido en el pasado, dos elefantes blancos que solo quedan como vestigio de la mole de concreto arruinada por las corrientes de la quebrada San Antonio, que grita permanentemente, ¡no se roben la plata!, porque la obra se hace o se hace.