“ELN me marcó, con su conflicto, hace 24 años”: José Enrique Figueroa.
Hombres armados del Ejército de Liberación Nacional ELN, obligaron a los conductores de vehículos de carga a descender y luego pintaron grafitis alusivos a los años de esa guerrilla; después de rayar casas nos retuvieron a todos, pero un guerrillero conocido como Jaime El bizco me separó del grupo; todo ocurrió en la Ye de Fonte, a las 6 de la tarde de ese 4 de julio de 1996 cuando se celebra un nuevo aniversario de la segunda guerrilla más grande del país” afirmó, José Enrique Figueroa Torres.
“Una historia que me marcó y que tengo que contar para vomitar el atosigamiento que llevo en mi garganta durante tantos años, como si fuera ayer” enfatiza”.
Históricamente, durante esta fecha los miembros de este grupo anuncian un paro armado, realizan atentados y hostigamientos para demostrar su poderío en la región.
“Pero ese día el guerrillero que estudio conmigo, en la escuela urbana, se convirtió en el perseguidor de mi vida, porque quede en mano de ellos durante varias semanas, comiendo yuca, arroz y guineo; cuando era un buen día, nos alimentaban de carne sala” dice.
Los hombres del ELN causaron pánico ese día en la vía polvorienta que del municipio de Santa Rosa del sur conduce a Simití en el sur de Bolívar.
“En la mañana de este día, los hombres armados nombraban mucho a Miguelito, Gallero y Nohora; ellos obligaron a los conductores de vehículos de carga, particulares y el carro mío, conocido en Simití como el “El Burrito” yo descendí del vehículo y luego me puso la perseguidora, ya que No sé cuál fue el motivo, presumo que fue por la frustrada toma guerrillera, que se desbarató totalmente; porque un simietño, asustado, llegó al pueblo gritando, “La guerrilla se va a meter, se va tomar el pueblo y la policía de inmediato se preparó para contrarrestar el accionar bélico” afirmó.
“No sabemos cuántos vehículos rayaron porque muchos de los conductores se regresaron para Santa Rosa y otros para San Pablo, también pintaron algunas frases alusivas a la revolución” hace una pausa.
“Los hechos que frustraron la toma, me convirtieron en un enemigo acérrimo de Jaimito el bizco, de la cual nuca lo fui, ni estuve involucrado en hecho del conflicto armado, porque me mantengo a la raya; esa tensión me dejó un estrés extremo, porque querían buscar responsables y este hecho me obligó a buscar exilio o mejor refugio en la ciudad de Bogotá hace 24 años, donde vivo con mi familia” puntualizó.