El alcalde Ramírez Cardona, sin la mínima idea de proyectar un pueblo.
Sin proyección, sin futuro y aun peor sin hoja de ruta, el alcalde Jesús Alberto Ramírez Cardona, continúa cayendo en errores; sin planificar destapó la única entrada pavimentada, que es un cuello de botella y generó un caos en la movilidad de los simiteños.
Con plastilina le daremos un cursito para que se guie y busque un Secretario de Planeación que visualice las necesidades prioritarias del casco urbano y No se deje llevar por su terquedad e ignorancia.
Intervenir una obra sin dar soluciones a una vía alterna de movilidad es fatal para los habitantes del sector del barrio Arriba y barrio Abajo; Simití es el municipio más rezagado en el sur de Bolívar por falta de planeación y da muestra que los que manejan la Secretaria de «Planeación» llegan para hacer sus negocios personales y no planifican el desarrollo, ni colocan un ladrillo para el edificar el futuro de un pueblo.
Así lo deja visible en la “mala” construcción de la calle Libertador que requería solo de reparcheo de un pedazo de loza. Este sector es el cuello de botella de un pueblo que conecta con una calle ancha (Libertador); el burgomaestre tenía que resolver primero la movilidad de los simiteños, pavimentando en concreto rígido la calle de Las Vacas o comprar las casas de Mariola Arias Rodríguez, Pabla Díaz y Manuela Torres de Gil, para mejorar la movilidad de Simití.
La pavimentación de la calle Libertador; da muestra de un desconocimiento total, cómo se edifica una ciudad y que continua improvisando; pasará a la historia como el alcalde sin pena, ni gloria.
La calle Libertador, es la obra emblemática del alcalde Luis Napoleón Barba López y aún tenía más 10 años de vida útil y desconociendo todo tipo de normatividad de movilidad, que debe entender un conductor de sociedad; debe mirar con ojos de halcón su municipio, para no caer en la repetición de la historia, en la inutilidad, en el despilfarro del erario público, en construir sobre placas inauguradas. Esta obra NO era prioridad y da muestra de corrupción y malversación de fondos.
Pero desconocer todo, es tan delicado, que los que lo asesoran NO son del municipio ni conocen cuales son las necesidades básicas, prioritarias que se requiere para adelantar el desarrollo urbano.
Simití tiene un embudo feo, que requiere solución de inmediato; es comprar los inmuebles de las tres viviendas que obstaculizan la movilidad del casco urbano o hubiese sido mejor, comprar las viviendas de María Orozco y Vetulia para conectar con la calle Tres de Mayo; pero se «cañó» por ser tan poco visionario, de NO pavimentar la calle de Las Vacas. Jesús Alberto Ramírez Cardona hay que llevarlo a jardín “Capullito”, para educarlo con juegos didácticos, porque No entiende de administración.