En la visita del gobernador de Bolívar, Dumek Turbay Paz, al hospital Regional San Antonio de Padua en Simití, Bolívar; se palpó el descontentos por parte de la comunidad, hasta el cura esta berraco; todos piden despolitizar el sanatorio Regional del sur de Bolívar y mantener su nombre como fue concebido desde su inicio; rechazando además el manejo de Lidio García o de William Montes, que se pelean la cartera de salud y quienes además lo han llevado a la quiebra.
El Hospital Regional del sur de Bolívar, es el ícono de las víctimas del conflicto armado del Magdalena Medio Bolivarense, es sin duda alguna el aliciente para los más sufridos de la guerra del paramilitarismo, la guerrilla, la minería criminal y del narcotráfico; despolitizarlo sería revivir la esperanza de una gran masa que está marcada por el dolor; sacarlos de ese sótano de cuidados intensivo en que se encuentra el hospital Regional San Antonio de Padua de Simití, es definitivo para mejorar el ambiente regional; pero el hospital es un óbito, está marcado por la cruz de la muerte.
La comunidad no entiende porque le cambiaron el nombre de Hospital Regional del sur de Bolívar, como fue concebido desde sus inicios y se desvió su origen; porque para los políticos de turno necesitan mantener sus intereses, pero creen que los habitantes del sur de Bolívar son tarados, que No entienden que ellos mismos han dilapidado la salud en la región.
Una obra que se edificó para resarcir el daño colectivo que se le ocasionó a la comunidad por los grupos armados, se construyó con recursos de regalías por un costo de 32 mil millones de pesos con el nombre de Hospital Regional del sur de Bolívar, para terminar en el más bajo escalafón como Hospital Regional San Antonio de Padua, para seguir su pasado gris, para seguir robando; hay que despolitizarlo, si se quieres que surja.
Es la forma más descarada de la corrupción para pagar deudas política de un gobernador desacreditado en el sur de Bolívar, quien ha dejado desolación, malversación de los recursos públicos y obras perdidas en la maraña como los CDI de Cantagallo, Santa Rosa del sur, San Pablo, Morales y Simití, dejando de contar carreteras, interconexión eléctrica rural y puestos de salud inconclusos.
Lo único que nos dejó el gobierno departamental fue un trasteo de un sanatorio moribundo “El San Antonio de Padua” arruinado, con deudas exorbitantes y con todos los vicios de manejo que tiene en la actualidad.
Sin esperanza, el pueblo recibe un óbito fetal, que está marcado con la cruz de la muerte, ese es el hospital Regional, San Antonio de Padua, un nombre resquebrajado por la politiquería, la corrupción, viejo, acabado, contaminado, lapidado y su mala administración.
Es el engaño al pueblo, más rastrero por parte de la cartera de Salud departamental y el gobierno de Dumek Turbay Paz, un hospital que nace agonizante, porque los alcaldes vecinos, al final NO le darán juego, por los intereses del político que lo administra, del cual se obtuvo por la compra de votos y obligar a sus empleados con aportar 20 a 30 sufragios para sostenerse en el puesto.
No quiero pensar que el hospital se convertirá en un elefante blanco, que NO podrá cumplir con su objetivo que fue concebido, porque será el mayor detrimento patrimonial que se halla hecho en el sur de Bolívar.
Delmar Burgos, alcalde de Santa Rosa del sur, NO dará juego, el NO está de acuerdo con las políticas que se manejan en la actualidad en la ESE hospital San Antonio de Padua y estaría remitiendo directamente a Santander, Cesar o Cartagena los pacientes que lo requieran; porque NO hay cabida para los intereses políticos de Santa Rosa del sur y de la comunidad.
Manuel José Rudas; también se negaría apoyar el nuevo hospital, sino hay trasparencia en su manejo; porque se siente quebrantado por las políticas que se manejan internamente y No está interesado en que otro político se lleven los beneficios y el dinero de los más pobres; ya que quienes manipulan el sanatorio, excluyen a los alcaldes y a las comunidades; prefiere enviar sus pacientes a Santander, Norte de Santander e incluso más lejos, a San Juan del Cesar, que ser un tonto útil, que beneficie a quienes mantienen la corrupción.
El gobierno de Morales, Rodolfo Díaz, tiene más cerca a Aguachica, Cesar y también observa que la piña se la comería una sola familia política, además de No tener carretera a Simití y la falta de dos puentes, que obstaculiza transportar los pacientes por agua, es dificultoso.
El de Arenal del sur, José Luis Pacheco Escrivá, está muy distante, NO tiene carretera a Simití y prefería enviar sus pacientes antes que se mueran a un centro hospitalario de tercer nivel más cercano; ya que por agua, sale tres veces más costoso.
Cantagallo, Herlydis Arango No se arriesgaría a enviar los pacientes al hospital San Antonio de Padua, porque tiene a Barrancabermeja a la vuelta y también miraría los intereses políticos que rodean el monopolio de la cartera de la salud en el sur de Bolívar.
Si no se despolitiza, el hospital de Simití y se comienza desde cero, el mal llamado, hospital regional, San Antonio de Padua será un óbito que lo marca el hierro de la muerte y quien perderá es la comunidad, porque nacerá muerto.
sobre todo Rudas, que le va a interesar la salud del ciudadano común.