Una maestra que abandonó el país, por la crudeza de la guerra.
Por: David Torres, Periodista en Zona de Alto Riesgo.
En medio de la incertidumbre y la zozobra que deja la guerra de guerrillas y el paramilitarismo en el sur de Bolívar, Colombia; la docente, Yeny del Carmen Pérez Salas, tuvo que partir a Europa por amenazas; el parecer por la libertad de catedra, que ella exponía; fundamentada para edificar ciudadanos, buenos, honestos y honrados.
Una de esa mañana martes 8 de septiembre del año 2015, la maestra se disponía a cumplir con su deber, ir a clases como normalmente lo hacía; cuando se encontró con uno de esos armados que le pidió no permanecer en las aulas, ya que ella no era grata para la organización armada organizada.
Desde ese momento en el municipio de Achí, Bolívar, comenzaron a incrementar las amenazas; la maestra tuvo que dejar a un lado su vocación de educar, para buscar refugio en las autoridades, hizo hasta lo que ella, nunca pensó, romper el silencio. Solo noto que era un requisito nada más, ya que el gobierno Local no le brindaba la seguridad que ella y sus familiares pedían, evitar que la mataran.
Esa mañana de septiembre, casi en la recta final del periodo del 2015, se dirigía de nuevo al Institución Educativa, San Miguel de Trescruces, colegio veredal del municipio de Achí, departamento de Bolívar; estando en el aula, con los estudiantes de quinto grado, recibí de nuevo una llamada que me cambio por completa su vida, donde un sujeto en tono amenazante le repetía:
-“Seño… Yeny, se tiene que marchar del pueblo”.
Ella, asustada, le pregunte sorprendida:
-“Con quien hablo”
El hombre con sarcasmo, no se quiso identifica, pero le dijo:
-“No le vuelvo a repetir”.
Pasaron un par de minutos y la volvieron a intimidar, el extraño acosador, esta vez con mayor énfasis le repetía lo mismo:
“Ya le dije, profe, que se tiene que ir de la región, porque usted es una amenaza para nuestra organización y si no se va, la van a encontrar con la boca llena de moscas”
Un poco acongojada, pero con los nervios de punta, la maestra se dirigió a sus superiores para comentarle de las llamadas amenazantes que había recibido.
Desde ese momento instauró denuncia en la Inspección de Policía; aunque los nervios se habían apoderado de ella; esta vez desde su vereda se dirigió al municipio de Achí, Bolívar, donde se presentó asustada ante la Personería Municipal y ante la Secretaria de Educación Municipal.
Luego como pudo, tomó una chalupa, que la llevaría por las aguas embravecidas del río Cauca; tansporte público que la llevaría segura a la ciudad de los Ríos, Magangué, donde instauro formalmente la denuncia ante la fiscalía.
Una semana después, en la Secretaria de Educación departamental, en la ciudad de Cartagena de Indias, expuso su caso, porque de la noche a la mañana se convirtió en una docente de alto riesgo.
Después de reportar su caso a la fiscalía, a la Secretaria de Educación, y otras organizaciones, tuvo que marcharse a Europa, donde los actores armados no supieran nada de ella y así pudo vivir en una cultura distinta, pero sin amenazas por vivir en un país que no ha podido resolver su conflicto armado de más de 60 año.