En medio de una tormenta y mientras los rayos acosaban a la población; Cruz Helena Rendón Brache, una mujer de 82 años, consagrada a mantener organizado el Santuario de Simití, donde reposa el lienzo de la santísima Virgen María Madre de Dios; el lugar se resplandeció en una iluminación divina que alumbro el altar; ella anonada, estupefacta salió a llamar el más incrédulo de los creyentes, Abilio Narváez, para que sirva de testigo ante el mundo, que en víspera del 15 de agosto del 2023, la comunidad religiosa de Simití y de todo el mundo sepa, que en esta tierra, la Asunción de María fue una realidad.

Este día tiene una significativa importancia espiritual y es observado por millones de fieles con devoción y reflexión.

Mientras en el santuario de Simití, donde reposa el óleo Original de la Santísima Virgen María, madre de Dios, ocurrió algo inesperado; el testimonio rodó como la noticia del día.

En pleno siglo XXI, donde la modernidad trata de borrar las tradiciones, los milagros y creencias de los pueblos catolicos; en el santuario; el resplandor procedente de una lluvia inesperada en la noche, desbordo la ilusión de la imagen sagrada; la santísima Virgen Original se iluminó de repente y el nicho donde reposa desde hace más de 200 años; la escogida doña, Cruz Helena, dio a EL ORIGINAL el testimonio, que la madre de Dios, esta con el pueblo.

Cruz Helena, que buscó en medio de la llovizna a Abilio Narváez, el vecino de la Ermita, para que fuera testigo de la presencia milagrosa de la madre de Dios, se ilusionó de la divinidad de la aparición en la noche de Asunción.

La Asunción de María es una doctrina y festividad que afirma que la madre de Jesús, María, fue llevada al cielo en cuerpo y alma después de su vida terrenal. Según la creencia católica, al final de su vida en la Tierra, María fue transportada hacia el cielo por los ángeles y aunque este episodio no está registrado directamente en la Biblia, es una creencia profundamente arraigada en la tradición y la teología católica que se encontró en los apócrifos. Hoy la presencia de la santísima virgen, es un don, de la escogida para vivir un episodio de veneración, de alguien que pudo ver con sus ojos, la mujer que derrama bendiciones sobre la tierra simiteña.