Por: Oriana de Las Américas.

«Sólo sembramos arroz y recogemos Paz» así afirmó Melida Ayala, líder social de San Pablo, Bolívar, al recoger lo sembrado, el fruto de la tierra que afloró arroz criollo. esta mujer con ahínco, dedicada a cultivar par proveer alimento a sus paisano, siempre se basa en los proyectos apoyado por CREDO, pero los que se propone, lo logra.

La agricultura de San Pablo, Bolívar es uno de los sectores más vulnerables al cambio climático en el sur de Bolívar. El arroz siempre ha sido un grano básico en el plato de la familia y cobra mucha importancia en la comunidad, con hectáreas cultivadas, en su mayoría por pequeños productores, comienza a producir la bendición de Dios, el pan.

El aumento en la variabilidad climática está afectando y afectará la disponibilidad de agua y, en consecuencia, la producción de arroz.

Es preciso disponer de sistemas de producción de arroz que sean más eficientes y amigables con el ambiente, para asegurar su competitividad y sostenibilidad de los hogares, frente al cambio climático.

Como alternativa tecnológica para enfrentar estos desafíos, se ha desarrollado un trabajo campesino artesanal, que arroja el mejor grano criollo, sin muchos fertilizantes, el cual ha sido ampliamente validado en el sur de Bolívar y el Magdalena Medio y, con algunas experiencias nacientes, dice Melida; es un manejo agroecológico que se basa en varios principios y prácticas que mejoran la eficiencia en el uso del agua y el suelo, reduce la competencia entre plantas, y aumentan su vigor y resistencia, al permitir la expresión de todo su potencial genético, con los consiguientes beneficios, no solo ambientales, sino también socioeconómicos.