Nemen Enrique Larios Rincón, el único de la familia Liberal de los Larios, que se vistió de Azul; NO era Conservador; era un “GODO empedernido” que vivió toda la vida en un mundo azul.
Eran tan Ospinista, que, desde el Frente Nacional, ayudo a guiar a los policías chulavitos, que salieron huyendo de la violencia Liberal y terminaron colonizando las serranías de San Lucas y fundando a Santa Rosa del sur, Bolívar.
Al lado de su líder político, Milciades Torres, logró vivir aún más y con efervescencia el partido del trapo de la virgen de la Inmaculada; cada elección era todo un personaje; tanto que Agustín Sobrino Barba, lo invitó a Bogotá, para acompañar a uno de sus políticos conservadores del departamento de Boyacá.
Ese era el líder conservador, Larios Rincón, conocido popularmente con “Nenechiquito o el brujo Yeyé” quien en su periodo de lucidez fue uno de los más controvertidos ciudadanos de Simití, que disfrutaba de las elecciones y que las vivía con una energía inmarcesible que hacia hablar al pueblo cuando juraba, que en sus venas circulaba sangre azul, igual que los reyes de España y por esos amaba tanto de su gran partido conservador colombiano.
La primera dama de Simití, Bolívar, Angie Johana Arévalo Reyes, le llevó el ataúd, para ser sepultado dignamente; mientras Víctor Hugo Rodríguez, le puso la camiseta de los simiteños, la camisa Azul; para que, con ella, volara a la eternidad y le dijera a San Padro en la entrada al cielo azul; que, en él, en la tierra, jugo un papel fundamental; delantero del equipo azul de Simití.
Pero como cada hombre azul siempre tiene un motor; cargó su féretro el otro amigo azul de Simití; Don Silfredo Arenas Valderrama, que lo condujo al barrio de los acostados, para que descansara en una bóveda azul; así como se los digo, en su imaginario, El Nene, descansa en paz, en el reino azul de Dios.