Desde sus ventanas, veían cómo se apagaban las bombillas de ese tradicional barrio de la llamada ciudad de Dios, Mompox.

En los pueblos del Caribe Colombiano siempre han existido las historias de «Brujas», «Fantasmas», «La Llorona», «Perros Negros» «La Madreagua» «La Madremonte» «La Puerca Pollera», «Patos», «Entierros» entre otros, que asustan a los habitantes, sobre todo, a altas horas de la noche y primeras de la madrugada.

Pues bien, a pesar de la época, hay quienes dicen que estas cosas siguen pasando, y una de ellas se venía registrando hace poco en la llamada ciudad de Dios, barrio Centro, entre la calle San Francisco.

Los moradores de esta zona observaban desde las ventanas de sus casas, que les apagaban las bombillas, al salir a asomarse, nadie era visto por las calles del populoso barrio por que los focos y lámparas del alumbrado también desaparecían; noticia que se regó como verdolaga en playón.

Las unidades del Modelo Nacional de Vigilancia Comunitaria por Cuadrantes adscritas a la Estación de Policía de Mompox, capturaron a un hombre que recorría en las noches y las madrugadas las desoladas calles del barrio Centro, en Mompox, para hurtarse bombillos, reflectores y farolas.

Su accionar era un dolor de cabeza para los vecinos, pues el sujeto les dejaba a oscuras las afueras de sus inmuebles.

En las últimas horas, la Policía fue alertada de su presencia y, tras una persecución, lo detuvieron para posteriormente dejarlo a disposición de la autoridad competente.

En las últimas horas un juez de la República definirá su situación jurídica.