Por Senen Gonzalez Velez.
Hace muchísimos años una mujer de gran astucia, se convirtió en el primer Papa, o papisa que tuvo la iglesia católica, por espacio de dos años, siete meses. La hazaña se descubrió por allá en el siglo 13 y llegó a esa dignidad, porque además de ilustrada, era muy inteligente, y fungía de secretaria del episcopado de aquel entonces. Su nombre era Juliana. Por supuesto, que todo eso lo logró mediante maniobras engañosas, por las que pudo cristalizar su propósito, conquistándose la votación necesaria para llegar al solio papal.
Fue descubierta, porque según se dice, su sotana, se fue empojando de tal manera, que, no era una gordura normal, y más parecía una iguana, harta de puro JOBO, que, por los suculentos manjares de la época, en que no existía conocimiento del colesterol, ni de los triglicéridos. Juanita, resultó preñada. ¿De quién?, de pronto, de un descendiente del clan del rey demonio, ese gigante que pretendía alcanzar el cielo con las manos.
Aun, no lo pudieron averiguar, pero seguro que fue de alguno. Hay que llamar a Dan Brown, el autor del Código de Da Vinci, para que la leyenda la convierta en un tesoro literario de interesantes fantásticas. Cuando los Cardenales, Obispos, y curas se enteraron de la sorpresa, algunos se malhayaron, porque perdieron una oportunidad, que, para la época, era una especie de wuepaje.
Estamos hablando de aquellos tiempos en que el viagra no existía, pero la castidad, y los ojos, eran una modalidad de este. Por eso de una, la mandaron en Berlina o en Brasilia, de aquel tiempo, a que abortara o pariera en otra parte. Dicen que la partera grito: ¡Nació varón! De ahí, nacen las canciones famosas de Juliana que mala eres, y nació varón, ambas de Cuco Valoy. A raíz de ese curioso pasaje que ratifica que al mejor cazador se le va la liebre, la iglesia, se inventó una silla de cajón, en madera cedro, tipo inodoro, de nombre IL PALPATI, con una abertura al frente en donde solo cabía el brazo y la mano del practicante del tacto. Los candidatos con sotanas, pero sin interiores, que eran bombachos, a veces no usaban nada, como para entrega inmediata, y para el fresco. Estos ilustres hombres, se sentaban en el cajón y allí, esperaban a que llegara el palpador. Esto se aplicó para evitar otro gol, como el que había metido Juliana, y, por eso, de ahi en adelante, todos los candidatos al papado, tenían que someterse a la prueba, para saber si eran varones o no.
El único requisito era que tuvieran las colgantes completas es decir DUE, no chiclanes. El supuesto urólogo, se arrodillaba frente al papa, y después de besarle el anillo, pero aclaro, del dedo, el palpador, le explicaba el procedimiento, lo que generaba una risa nerviosa, o cosquilleo, al supuesto Papa, porque, cómo la mano del URÖLOGO no tiene ojo, ni luz, podía equivocarse y en lugar de tocar el Orinoco, podía llegar al Caquetá. El sumiso siervo, se agachaba o se arrodillaba, como para ver que hay en el fondo del túnel, metía la mano, para palpar, y comprobar si la campana tenía el badajo, y las bolas que le hacían sonar. Cuando el supuesto urólogo agarraba las colgantes bolas papales, lampiñas o peludas, estaba obligado a decir en voz alta y mirando hacia atrás y en italiano: HA DUE PALLE. Traducido al español: TIENE DOS BOLAS y el CONCILLIARI DICONO, EGLI HA DETTO: ¡BRAVO! BRAVO… HABBIAMO PATATE CON DUE PALLINE. Aplausos. Aplausos, extendidos, al estilo del congreso de los estados unidos, cuando la cosa esta grande y esta buena.
Hoy todo cambió con la ciencia, y, la silla del tacto, quedo reducida al museo de la historia. He traído esta simpática leyenda a colación, porque a Colombia le ocurrió lo mismo con PETRO, se le considero incoherente con su propuesta, y lo que dijo, lo está cumpliendo al pie de la letra, otra cosa es que sea una barbaridad lo que proponga y lo que haga, que nos perjudica a todos y desbarate el país. Se comentó, que hizo las veces de travesti, hasta que le faltaban huevos, y está demostrando todo lo contrario, los tiene bien puestos y due. En resumidas cuentas, la próxima vez que Colombia elija presidente, hay que buscar el urólogo, para saber si los candidatos varones, los tienen o no. Es más, los pueden tener, pero si son postizos, es como si no los tuvieran. A Duque le faltaron, no heredó, ni de su progenitor, ni de su maestro, Uribe, ni de Carlos Lleras, ni por herencia ideológica de estirpe liberal y de carácter firme.
Hoy con dudoso proceder, como todos los que se reputan como liberales. Bueno ya importa nada, porque todos esos pasaron de ser liberales a libertinos, ya se corrompieron. Ahora si entiendo, porque con tanta convicción y destreza, PETRO maneja las fuerzas del estado, la policía y ejército, y al pueblo, y me incluyo. La razón, es que todos nos convertimos en Juliana, o en varoncitos, convertidos de perico, a huevos revueltos. Colombia va camino a la castración total.
Toronto Canadá
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