Murió a los 98 años, Manuela, la mujer más longeva de Simití.
Por: Oriana de Las Américas
De un cariño inmarcesible, la vieja Manuel Guerrero Tinoco, murió a los 98 años de edad en el municipio de Simití, Bolívar.
La matrona de la calle de las flores; que vivió casi un siglo y que muchos hombres y mujeres se alimentaban mejor que ella, murieron muchos años antes. Se recuerda a mujeres que marcaron la historia del municipio más antiguo del Magdalena Medio colombiano; Lerida Iglesias, Ana Elisa Torres, Rocina, Demetria Iglesias, Telvina Vásquez, Cheque Caña, Gandufa, Juana Carreño, Escolástica Iglesias, y otras damas maravillosas que con sus costumbres ancestrales trasmitieron su legado genético a una generación que mantiene una cultura viva; que se opone a borrar.
Su amigo incondicional, Milciades “Pepa” a quien le sirvió por muchos años; Manuel Guerrero le contó 44 años después de su muerte. Milciades Torres Barragán, muriera el 16 de diciembre de 1977 y comía todo lo más “rico” que puede deleitar un goloso; presuntamente se alimentaba mejor que Manuela; porque muchas mañanas el Viejo Milcio comía manjares simiteños, chicharrón, cerdo, res, gallina, pescado, chunchulla, (viseras) vituallas que nuestra imaginación puede abarcar, súmele a esta mesa, la chicha y empanadas simiteñas, todas las noches donde Hicha Pontón; mientras la humilde Manuela Guerrero, sólo disfrutaba de una viuda de pescado, yuca y plátano, con aguade panela con limón.
Pero lo paradójico de esta historia es que a pesar que Milciades Torres que tenía todo que comer, envenenaba su cuerpo, con harinas, azucares y grasas, él murió a los 62 años de edad; mientras Manuela Guerrero, que se alimentaba sanamente, con sólo pescado; la llevó a las puertas de los 100 años, solo comiendo pescado en viuda y fumando su tabaco con la candela para dentro; ella murió con la memoria más lucida que puede tener un jovencito de quince años en tiempos de coronavirus.