Mauricio, guerrillero del ELN, convencido en que el camino de la Paz es el dialogo.
¡Como cambian los tiempos!
En el encuentro desarrollado en la ciudad de Bogotá, hace un par de años (diálogos entre la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional, ELN, con el Gobierno del presidente, Gustavo Petro Urrego y la presencia de los medios de comunicación del país), conocimos a Mauricio, un rebelde introvertido de la costa Atlántica que servía de enlace entre los periodistas y la subversión; su visión de la “Paz Total” no parecía utópico, el camino al entendimiento, al dialogo, era la ruta.
No había duda, de seguro la paz se conseguiría, pero… con el pasar de los meses todo fue cambiando en varios frentes guerrilleros que tiene autonomía propia.
Hoy la guerra que se libra entre guerrillas (Disidencias de la Farc y el ELN, cambiaron totalmente el panorama de desescalar el terror y regresar al amor de la reconciliación y así el sueño de Mauricio que pensaba en compartir una vida cordial con el resto de colombianos, se fue esfumando como el proceso de PAZ, que ha tenido que soportar todo tipo de vejámenes que dejan los diferentes modos de violencia.
Al lado de los periodistas, Rodrigo Ramírez Pérez y David Antonio Torres Ruiz, periodista en zona de alto riesgo; Mauricio el guerrillero del ELN entregó en su momento, argumentos claros, donde se manifestaba que el camino a la reconciliación esta detrás de la puerta.
La voluntad de luchar, podría decirse que es el factor más importante en la guerra. La voluntad de luchar es la disposición y la decisión de defender un pueblo, seguir luchando y ganar.
Pero para muchos en esta época, la voluntad se ha perdido, se ha deteriorado en pleno siglo XXI donde la globalización de las comunicaciones se han tomado el planeta tierra y se vive una cosmovisión diferente.
La guerra de guerrillas en el sur de Bolívar, el Catatumbo, Chocó, Valle del Cauca y en sur de Colombia, representa la naturaleza intolerante de hombres armados que se han convertido en robot de la muerte; donde soldados, policías, guerrilleros y paramilitares son un producto diabólico que se ofertan en los mercados negros del mundo; humanos que luchan por banderas que no son propias y se convierte en máquinas para matar, (Angola, Luanda, Ucrania, Rusia, Haití, entre otros países que tienes conflicto armado internos.
Con muy pocas excepciones, todas las guerras de guerrilla y ahora con un actor nuevo en los enfrentamientos, donde aparece el grupo extremista del Ejército Gaitanista de Colombia, se agudiza el conflicto, quebrantando la voluntad de lucha de los pueblos que ya no creen en ningún actor armado, sino en la recomposición de un Estado deteriorado, que se reoriente y que les sirva a todos.
Pero a medida que aumenta la atención en las zonas de alto riesgo, la naturaleza esencial de la guerra descompone la sociedad; las comunidades campesinas que están entre ellas, se ignora casi por completo, las secuelas que deja el conflicto armado deja barbarie que se convierten en normales.
La falta de enfoque en la voluntad de lucha ha creado una peligrosa brecha en la práctica macabra de asesinatos selecticos, tomas guerrilleras, creación de pueblos socialistas para mantener el dominio en el territorio y el reclutamiento de niños para sostener viva la estructura de sus filas, da un sabor de nunca acabar, porque se han creado hombres que se convierten en defensores del mal.
Hoy con tanta barbarie y matanza, la descomposición de la guerra de guerrilla en el sur de Bolívar llega a un punto, donde puede predominar que la economía ilícita e incluso construir ejércitos binacionales, inacabables, es el medio de sostenibilidad. Pero con la fuerza y el dialogo, se podría llegar a un acuerdo que se logre minimizar el problema de tantas décadas; pero con el ELN es difícil dialogar, posiblemente por el sistema federal o mejor individual; donde cada frente tiene autonomía propia en su región.
Lo inconcebible es que con un gobierno de izquierdista y con toda la experiencia en guerra de guerrillas, Petro Urrego, no pudo convencer al grupo Procastrista de seguir los pasos de la reconciliación y el abandono total de las armas.
Cuál sería la razón de cambiar el término lingüístico en la guerra; palabras que hieren; como si hubiesen tenido un proceso diacrónico o sincrónico del lenguaje y la evolución les da un sentido gramatical para ofender contundentemente a los agresores.
El sueño del guerrilleo Mauricio hasta el momento este esfumado, pero la esperanza de retomar a los diálogos NO, y abandonar la estigmatización de narcotraficantes es imposible, se podría borrar si se puede retomar el perfil del grupo beligerante, con el próximo gobierno del 2026 (de izquierda o derecha, que quiera seguir dialogando; ese sueño aún sigue latente.