Los “paras” pintaron en Simití, hasta la casa de Dios
Por: David Torres, Periodista en Zona de Alto Riesgo.
Eran las 3:45 minutos de la madrugada cuando la comunidad informaba a EL ORIGINAL, que las autodefensas Gaitanistas de Colombia, habían pintado muchas viviendas, parques, casa de la cultura, la parroquia, el busto de Bolívar y hasta el templo San Antonio de Padua de Simití.
La angustia y la zozobra comenzó a despertarse al igual que la aparición de los nuevos rayos del sol, cuando la aurora renace cada mañana en las calles fantasmagóricas, taras un nombre que para mucho da miedo.
Cuando los corrillos comenzaban aflorar en las esquinas, se comenzaba a especular de la actitud que han tomado los gaitanistas con presencia de un pueblo que es atípico a los violentos, pero que por circunstancia de la vida a tenido que soportar a violencia guerrillera, paramilitar, narcotráfico, mineros criminales y la violencia de la indiferencia del Estado colombiano.
Las cartas sobre la mesa, señalaban que:
AGC, hacían presencia para marcar territorio y llegar a la mesa de conversaciones con el gobierno de Gustavo Petro, con un poder regional.
AGC, estaban incentivando a los jóvenes que cayeron en la desgracia de las drogas para que engrosen a sus filas militares por un valor de 1 millón y medio de pesos.
AGC, llegaron a Simití y Canelos, como poblados que han rechazado a los Grupos Armados Organizados, GAO, donde a pesar del tiempo, no han podido encontrar asidero en la sociedad.
AGC, fue una respuesta a los jóvenes del Hogar Juvenil, Sol de Esperanza del corregimiento de Monterrey quienes izaron la bandera del ELN.
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La comunidad simiteña (casco urbano), le pide a los Grupos Armados Organizados que operan en la región del Magdalena Medio colombiano o en el sur de Bolívar, mantenerlos fuera del conflicto armado, porque son una sociedad civil, que ha vivido en carne propia los duros golpes de las cuadrillas de la muerte hace 60 años desde la presencia de la chusma y la guerrilla de los hermanos Vásquez Castaños.
Los pobladores lamentaron además que los “paracos” no solo pintaran las viviendas… sino que pintaron con su sigla, la casa de Dios.