Los simiteños que trabajan en el hospital San Antonio de Padua de Simití, se caracterizan por ser afables, su tratamiento hacia los enfermos es humano; hacia lo dieron a conocer casi en su totalidad los pacientes que se encuentran internos en el sanatorio.
Aunque visitar el centro hospitalario, no se es grato, por ser un sitio donde acuden todos los enfermos; nos encontramos con una sorpresa; el material humana es invaluable, cariñoso y respetuosos; tratan de reanimar con alegría a los que por alguna circunstancia de gravan; muchas de las paciente señalaron que falta que se le dedique un poco a la minuta alimentaría, ya que la comida servida es pésima y aunque faltan muchas cosas para que el centro hospitalario regional funcione bien; los médicos, enfermeras, bacteriólogas y auxiliares simiteños, han aprendido a compartir no solo esa vocación de servir, sino que brindan una sonrisa adicional con quien se encuentra en calamidad o enfermo, para reanimar su ánimo.