Más de 40 años de espera terminaron para los vecinos del barrio La Conquista, de Turbaco, cuando el gobernador Yamil Arana entregó tres calles en medio de una verdadera fiesta.
Se trata de 160 metros lineales de pavimento rígido (de 15 cm de espesor) y 320 metros lineales de andenes y bordillos (andenes de 8 cm y bordillos de 15×15 cm), que marcaron un antes y un después para las cerca de 900 personas que habitan este sector del municipio.
El mandatario llegó irradiando alegría. Saludó a todos: a los niños que corrían entre los globos, a las mujeres que sacaron sillas a la calle, a los adultos mayores que no se perdían detalle desde las ventanas, del evento más importante de sus vidas. Como un vecino más, recorrió las tres nuevas calles de La Conquista, un sector de Turbaco que hoy escribe una nueva página en su historia.
Apenas sonaban los primeros acordes de una champeta africana en El Yamilito, una poderosa máquina de sonido que agitaba el ambiente como si se tratara de una fiesta patronal, cuando los niños ya estaban estrenando la pista con un improvisado partido de fútbol: patines, bicicletas, pelotas y hasta un par de clases improvisadas de rumba tomaron las recién pavimentadas calles del barrio.
En medio del calor, la alegría era tan palpable como el cemento bajo los pies.
“Ver feliz a la gente es lo que me dice que esto vale la pena. Aquí tienen su calle, ya no pisarán más barro ni piedra”, dijo emocionado el gobernador de Bolívar, Yamil Arana Padauí, durante la entrega de la obra construida a través del programa Compi (Construcción de Obras Motivadoras de Participación Comunitaria), una iniciativa que mezcla inversión pública y compromiso ciudadano.
Del olvido al orgullo vecinal
En La Conquista, caminar era una odisea diaria. Piedras sueltas, charcos permanentes y barro hacían del tránsito un desafío cotidiano, especialmente para los adultos mayores y los niños. Pero esa historia cambió.
“Esto es un sueño hecho realidad. Lo construimos con amor en dos meses”, cuenta José Luis Flórez De La Cruz, oficial de obra y vecino del barrio, quien fue parte del equipo comunitario que levantó con sus propias manos lo que hoy parecen bulevares barriales.
La inversión fue de 176 millones de pesos aportados por la Gobernación de Bolívar, a los que se sumaron 18 millones reunidos por la propia comunidad. Un ejemplo de co-creación ciudadana que empieza a replicarse en otros sectores del municipio.
“Yo tengo 90 años y nunca pensé ver esto pavimentado. Gracias por lo que han hecho”, expresó conmovida doña Sixta Pérez de Agámez, vecina del barrio y testigo de las décadas de polvo, abandono y promesas incumplidas.
Para Rafael Cassiani Pacheco, electricista y residente de la quinta calle de La Conquista, el agradecimiento también viene con orgullo: “Aquí todos metimos mano. Esto no fue una obra desde afuera: fue nuestra”.
“El pavimento también es dignidad”
Más allá del cemento, de acuerdo con Arana, la obra representa un cambio profundo para la calidad de vida: menos enfermedades por aguas estancadas, menos polvo que afectaba a los adultos mayores, más seguridad para los niños y, sobre todo, más espacio para convivir, compartir y soñar.
“A quienes critican que pavimentar no es una gran obra, les digo: el pavimento es la principal transformación social. Porque cuando el pavimento llega, también llega la dignidad. Ya no hay barro, ni charcos, ni polvo. Hay salud, hay movilidad, hay orgullo”, afirmó Yamil Arana, rodeado de aplausos y gestos de aprobación.
“El gobernador ya es otro turbaquero más”
La alcaldesa de Turbaco, Claudia Espinosa, también participó en la jornada y agradeció el respaldo constante del gobernador:
“El gobernador ya es otro turbaquero más. Está preocupado por traer progreso y bienestar a nuestros barrios. No solo se suma a las obras, sino que las impulsa con más fuerza. Gracias por no dejarnos solos y por creer en el poder de la comunidad”, afirmó.
Espinosa recordó que no es la primera vez que el mandatario respalda con entusiasmo las actividades sociales, deportivas y culturales del municipio, y anunció que vendrán más acciones conjuntas.
“A mí sí me gusta hacer obras porque la alcaldesa, Claudia Espinosa, siempre responde. Cuando le propongo una actividad, enseguida se suma y con más cosas. Lo vivimos en el Día del Niño, en los torneos de fútbol, y ahora en estas calles que quedarán para la historia del barrio”, agregó Arana..
Lo que viene: más pavimento, más comunidad
Y esto es solo el comienzo. Según Arana, se avecina una intervención más robusta en Turbaco:
“Viene un plan masivo con más de 7 kilómetros de pavimentación, acompañados de obras de infraestructura comunitaria, gracias al trabajo articulado con la Secretaría de Infraestructura. Además, estamos radicando nuevos proyectos con el programa Compi, con el respaldo decidido de la alcaldesa Espinosa”, anunció.
La jornada cerró como comenzó: con música, baile, sonrisas y una comunidad más unida. Las calles que antes eran símbolo de olvido y precariedad hoy son pasarelas de dignidad. Son, como dijeron muchos vecinos, las calles de los sueños cumplidos.
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