Parece que la maldición de Simití NO termina en estos 488 años de historia, y cada día la población simiteña es más miserable y en pobreza extrema, la tristeza social reina en todos los barrios; Simití va como el cangrejo, para atrás, a pesar de ser una comunidad buena, tolerante y sumida en el esclavismo de la modernidad; es rica en cultura, en historia, en tradiciones.
Es lastimoso recordarle que en pleno siglo XXI, el poblado más antiguo del Magdalena medio colombiano, que data del 1 de abril de 1537, no crece un centímetro.
Cuando un candidato se postula a la alcaldía, solo piensa en cuantos pesos le quedaran en su bolcillo, porque no tienen vocación de servir y de mejorar la calidad de vida de los habitantes, sino que buscan tesoreras que los enseñan a robar. Hasta inflan sus bienes en su posesión de la notaría o jueces, para quedar con algo, cuando dejen de ser mandatarios, y aparecen con fincas, carros y dinero en cuentas bancarias, sin importarle la miseria como sometieron a sus hermanos.
Pero saliéndome del tema planteado globalmente, quiero hablarles del mandatario, que lo considero el más inútil burgomaestre de la historia de Simití.
1. Simití, es el pueblo en Colombia que requiere con urgencia alcantarillado, ni cuenta además con la construcción de una zona protegida entre los pobladores que residen en la península y la ciénaga de Simití, ecosistema natural que alberga cientos de especies de peces, reptiles, insectos, fauna, flora silvestres (construcción del malecón o eje ambiental) y generar empleo, salubridad, belleza y progreso.
2. El actual alcalde, Wilman Quintana González, en su año y medio, NO cuenta con un matadero legal, sino con mataderos clandestinos, donde algunos matarifes pelan los animales para comercializar de una forma precaria; el cuero es el piso, para proteger que la carne no se ensucie de tierra; y lo peor del caso es que con unos cuantos pesos podría optimizar el antiguo matadero que queda a las afueras del pueblo y los consumidores tienen que comer la proteína sin ningún control de salud.
3. Los playones se han convertido en focos contaminantes, donde se vierte toda clase de podredumbre y aguas residuales de las casas, sin tener ni quiera una trampa de grasa; todo llega directo a las aguas de la ciénaga.
4. Las quemas de basuras en los playones época de verano no son controladas y tiene enfermo de tuberculosis y neumonía a muchos ciudadanos.
5. NO tiene ninguna planificación urbanística y el poblado crece desordenadamente, sin andenes, con calles sin secuencia y vías mal construidas (No está proyectado hacia el futuro).
6. Se olvido que la responsabilidad del transporte escolar para los estudiantes del megacolegio es un derecho, sin distingo religioso, social o económico.
7. El agua potable, es el conductor del mercurio procedentes de las minas auríferas, que han dejado lisiado con cáncer a muchos pacientes, el servicio es pésimo, intermitente y caro.
8. Invirtió en un aterrizaje, inoficiosamente, sabiendo que el 1.5% de los viajeros tilizan el transporte aéreo en el sur de Bolívar y una pista sin seguridad puede ser un apoyo a los criminales.
9. Desbarata el presupuesto a su antojo, en logística y otras “entretenciones” una empanada y una chica, con un valor de $12 mil pesos.
10. La economía local la tiene por los suelos, no invierte en el casco urbano.
11. No ha pensado en ubicar una zona de tolerancia, sino los bares, cantinas, discotecas, están diseminados en la principal vía donde transitan todos los días el 98 por ciento de la población y es ejemplo para los futuros jóvenes que no sueñas sino con el alcohol y la prostitución.
12. El índice de drogadicción esta por encima de 41%, la juventud que cae en las redes del consumo de sustancias psicoactivas.
13. El abandono de parques y monumentos es total.
Una maldición que no termina y que es necesario pensar en una revocatoria del mandato, porque tenemos un alcalde inútil como gobernantes, el peor en toda la historia de Simití.