
José Agustín Barba, El Florentino Ariza de Simití.
Por: David Torres, Periodista en Zona de Alto Riesgo.
Murió la última hija de José Agustín Barba, el día 29 de agosto, día en que nació su padre; parece que fuera uno de esos personajes creados por el realismo mágico de Gabriel García Márquez, en su novela. «El amor en tiempos del cólera» publicada por primera vez en 1985.
Este joven, Ariza se enamora de Fermina Daza, con quien, tras mucho empeño, comienza una relación que es desaprobada por los padres de ella. El romance termina ahí, pese a la promesa de amor eterno que le hace Ariza a Fermina.
Con el tiempo Fermina se casa con el doctor Juvenal Urbino, con quien mantiene el matrimonio durante más de cincuenta años, momento en que él muere en un accidente. Ariza, que ha esperado siempre a Fermina —en el aspecto espiritual, ya que en el físico se había acostado con 622 mujeres—, vuelve a conquistarla.
El Florentino Ariza de la novela de Márquez, se repite una vez más en el municipio de Simití, Bolívar, con José Agustín Barba, el hombre más promiscuo del sur de Bolívar, que logró concebir 62 hijos y tener relaciones sexuales con 612 mujeres, considerado un verdadero Semental y, la última hija, Doris Isabel Barba de Bustillo murió este 29 de agosto de 2023, el día en que el nació en 1874.
Doris Isabel Barba de Bustillo, es la última fallecida de la dinastía de José Agustín; el simiteño que engendró 62 hijos; ella falleció a los 86 años de edad en la ciudad de Barranquilla.
“Uno siempre vuelve a los viejos sitios donde amo la vida” con este letreo que mando a plasmado en la pared del patio de su casa, del barrio Las Nieves, de la capital del Atlántico, Doris Isabel murió siempre pensando que moriría feliz; nació el 24 de octubre de 1936, en una familia humilde, pero de un padre promiscuo que engendró la bogadita de 62 hijos; en los que se recuerdan, Luis Napoleón Barba López, alcalde por 14 años del municipio de Simití; Milciades Torres Barragán, diputado, alcalde, y cónsul de Panamá; Gonzalo, Samuel, Nicolina, Maritza, Betulia Torres, Nemesio, Nimia, Pompilio, Marina Barba; Marcelino, Aníbal Chávez, Euclides y paro NO alargar la lista, porque si no, lleno de nombres el texto.
Su madre, la niña Juana Alcocer… ella, Doris Isabel, buscando nuevos horizontes, llegó a la ciudad de Barranquilla; después de una épica travesía por el río Magdalena, a través de una balsa que arrastraba madera amarrada por las aguas torrentosas, y al lado de su hermano Euclides Alcocer, piso por primera vez la arenosa, de donde nunca regreso a su tierra natal.
Esta historia que pareciera extraída de un capítulo de la novela de García Márquez; muestra que si existen los pueblos macondianos, donde los descendientes de ese linaje de Don Barba, se propagaron sus genes a lo largo y ancho de Colombia.
Los tres últimos hijos que antecedieron a la muerte de Doris Isabel fue publicado por el periódico EL ORIGINAL, como testimonio de vida.
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El dos de febrero del año 2018, falleció, la niña, Nellys Torres de Mendoza, a sus 83 años de edad, fue una de las mujeres más queridas en la comunidad simiteña, por su idoneidad y respeto que infundía. Madre de Edilma, María Eugenia, José Enrique y Emel Mendoza Torres.
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Mientras el 22 de diciembre de 2019, a sus 83 años de edad, murió en la ciudad de Montería, Córdoba, Rafael Aya Barba Torres, solo restaban dos de los 62 hijos que tuvo el patriarca de Simití, Bolívar, José Agustín Barba. Él, rodeado de sus hijos, el último hijo de Octaviana Torres, “Rafa” dejó de respirar, uno de los consentidos de la dinastía que parecía interminable; familia, que impero en un siglo entero. El 24 de diciembre se publicó “Solo quedan dos hijos del viejo José Agustín Barba, considerado un semental de tiempo completo. En la ciudad de Barranquilla queda, la hija de la niña Juana Alcocer y Ovidio Chávez del Cerrodeburgos, que residía en el barrio La victoria de Simití”.
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Ovidio Chávez, murió el 28 de agosto del 2022 a los 89 años de edad en el municipio de Simití, Bolívar. El viejo Ovidio, era un hombre tolerante, conservador de buenas costumbres; gran parte de su vida la dedicó a la pesca; compartió con su familia en el Cerrodeburgos; pero por cosas del destino, con el tiempo se trasladó al casco urbano de Simití, Bolívar, donde residió en el barrio La Victoria; este humilde hombre hizo parte de la dinastía Barba, aunque nunca portó el Barba de su progenitor, porque en la década de los 30, solo los hijos del matrimonio, podían llevar el apellido de su padre.