Félix, el hombre más feliz de Simití, fue sepultado
Con todas las medidas de bioseguridad, hoy fue sepultado el hombre más feliz de Simití; Felix Arévalo Torres.
Después de ser recibido por una caravana de motos y carros el día anterior y, velado en compañía de sus mejores amigos; hoy al lado de su partidario inseparable, Silfredo Arenas Valderrama, quien se emborrachó para acompañarlo al campo santo; el cuerpo de Arévalo Torres fue llevado por tres coches fúnebres que lo cortejaron a la iglesia de San Antonio de Padua donde recibió la bendición del sacerdote, para luego ser sepultado en el Cementerio Municipal.
Los hechos se registraron ese sábado inolvidable del 17 de abril del presente anuario, a las 4 de la tarde; donde la comunidad de Simití, acogió al hombre más querido y feliz, que, en una de sus anécdotas sarcásticas, siempre hacia sonreír con una ternura inabarcable, que le robaba la alegría a cualquiera que lo escuchaba.
Una tarde, en medio de los que a él le gustaba hacer, “parrandear” y con su sonrisa picaresca que lo caracterizaba, dijo: “David, la única forma que yo me vuelva pescador… es que el agua de la ciénaga de Simití se convierta en Ron, para ahogarme en ella… y bebérmela toda completo”
Félix, el hombre más feliz de Simití, fue fiel a su ideología política (Partido Conservador); marcó en él, una faceta inigualable; su destello en sus ojos, contaminaba de alegría a cualquiera que lo escuchaba, al punto de ser un apasionado seguidor de sus candidatos, porque daba hasta su propia vida por defenderlo.