Falleció, Emelis Díaz Quintero, docente de linaje de Morales.
Emelis Díaz Quintero, hace parte de una familia de docentes; gran parte de su vida la dedicó a formar estudiantes del municipio de Morales; muchos hablan que ella y sus hermanas Faride, Delcy, quienes fueron pionera de la escuela de banquito; pero al lado de ella, las acompañaron maestras reconocidas en el departamento de Bolívar, como Lilia Isabel, su hermana mayor y Lidys Melva Rangel Linares, una cartagenera que se pensionó del magisterio, después de ser la primera maestra graduada para el colegio de Morales; les hablo de la década de los años 60; luego paso al colegio, Matilde Tono de Lemaitre y finalizó su trabajo en el Colegio, Antonio Nariño; quien en conjunto, hizo equipo con las profesoras de la familia, Díaz Quintero, para formar parte del futuro de los moraleros.
Emilis, Falleció hoy 17 de septiembre del presente año, a las 5:30 de la mañana en la ciudad de Bucaramanga a los 64 años de edad; después de enfrentar una enfermedad penosa; pero marcó su historia en la construcción de la formación educativa de muchos niños y niñas, donde quedó impregnado algo de sus conocimientos como profesora, sin dejar a un lado su efervescente convicción del patrono de los moraleros, San Sebastián de Las Palmas.
Fue miembro activa de la iglesia católica, hizo parte de “La hermana en cristo” que sirvió por mucho tiempo a la parroquia de su municipio.
Sus exequias fúnebres se harán en la ciudad de Bucaramanga, Santander, mañana sábado 18 de septiembre del presente anuario, a las 3:00 de la tarde y sus restos reposarán en el cementerio de la Esperanza.
Pero una historia que envuelve la familia de docentes, la marcó el año de 1960; cuando pisa tierra la primera docente a Morales, Bolívar. La señora Justa, la matrona de la familia, fue la que gestionó el nombramiento de la educadora, pidiéndole al párroco de Morales, el servicio de una maestra titulada para el poblado y el cura de inmediato cumplió la orden que le pidió la doña; de inmediato pasó un telegrama al sacerdote de Mompox, Antonio Rocero.
Así fue, la influencia de la matrona de Morales, doña Justa, logró que el cura Rocero, nombrara a una jovenzuela de 18 años de edad; era una chica morena, bien hablada, alta y esbelta, que su belleza relucía en las polvorientas calles del pueblo, además, la profesora estaba recién graduada.
La señorita Lidys Melva Rangel Linares, se montó por primera vez en una chalupa que la condujo de Mompox, Bolívar, al viejo puerto del Banco, Magdalena y luego tomaría otro bote de esos de aluminio, con motor de 60 caballos de fuerza, que la llevaría al municipio de Morales. Fue Pablinito, su hijo que la recibiera en el puerto y, desde ahí, la nueva maestra vivió en la casa de la líder de Morales, doña Justa.
Esta historia que tiene un marcado realismo mágico del río, es un cuento delicioso de recordar “peludo” increíble de creer; su pasado se remonta a Betty, era la única hija soltera que la acompañaba en casa, algo muy parecido al Best Seller “Como agua para chocolate” Betty, la soltera, mantenía un romance clandestino con Elías Moncada, su vecino; él vivía al frente y desde su puerta piropeaba a la joven mujer; pero la matrona como era liberal, no podía permitir que su única hija soltera, se casara con un “godo”
Todo el pueblo era cómplice de los amores de Betty con Elías; los hermanos de la novia y hasta el cura.
Ella, cumplido sus 25 años, vivía bajo el amparo de su mamá; pero para que este lindo amor continuara, Lidys Melva se convirtió en “La Celestina” la alcahueta y la acompaña para que se encontrara clandestinamente. El amor de la pareja Romeo y Julieta, fue creciendo. El viento soplaba a su favor, para que se concretara ese matrimonio que no lo permitía su madre, doña, Justa.
Como el reverendo estaba de acuerdo con los novios, ella y Lidys se fueron para la casa de Juan Díaz, y Betty por fin cumple sus sueños… se casó a escondida, a eso de las 5 de la mañana, y cuando la abuela, Justa Díaz se entera de la última noticia, gracias a Samuel, su hijo, que era todo un personaje coloquial del pueblo, tomó la decisión más extrema de su vida, expulsar de su propia casa a la maestra, Lidys Melvas; fueron muchos años de dolor, pero al final la vieja Justa, tuvo que ser justo con su nuero, Elías Moncada, quien desposo a su hija, siendo liberal y tuvo que aceptarlo en su familia siendo él conservador.
Historias como estas, son vivencias del pasado, que afloran en acontecimientos como el fallecimiento de una mujer que dedicó su vida, igual que sus hermanas incluyendo el rector del Instituto Educativo Vicente Ordanza, Luis Alberto Díaz Quintero, también profesor de la familia de linaje de docentes de Morales, Bolívar.