Al son de la tambora, la danza y el canto se llevó acabo la celebración del día de la AfroColombianeidad en el municipio de Cantagallo, Bolívar, el pasado 21 de mayo; pero… hoy aún, la sangre negra corre las venas de los cantagalleros, que, en el pasado, sus ranchos de palma de iraca y cañaamarga, los construían de madera de cantagallo; allí se inició con una caravana recorriendo las principales calles del primer puerto petrolero del sur de Bolívar.
En el municipio ribesureño se realizaron concursos de microfútbol, encostalados, trenzas y atarraya, así logrando resaltar y visibilizar la lucha imprescindible de libertad; el empoderamiento, legado que dejó la comunidad negra en la colonización.
La administración de Henio Ricardo Sarmiento Iglesias, continua con el desarrollo sociocultural y político de las culturas ancestrales.
Todo el mes de mayo, Cantagallo, conmemora las raíces de los pueblos latinoamericana; herencia de la transculturización africana, que aun vibra en su gente, con el canto, la música y la comida. Esta celebración se enmarca en la implementación del Decenio Internacional de los Afrodescendientes proclamado por la ONU en 2015.
Según DANE, el 10, 62 % de las personas nacidas en Colombia son o se reconocen como afrocolombianos. Bolívar, es el departamento que marca la libertad con el primer pueblo libre de América, Palenque, que cuentan con la mayor densidad de población afrodescendiente y Cantagallo, un pueblo ribesuremo da muestra de las raíces que circularon en la arteria fluvial del Magdalena que trajo alegría y bullarengue.
Comparsas por las calles del primer puerto petrolero del sur de Bolívar, aun hoy 26 de mayo se vive el día de la Afrocolombianidad; después que las calles del centro de Cantagallo se convirtieron el escenario de comparsas y alegría; muestra cultural con música, danza, literatura y gastronomía, con la que el gobierno de Henio Ricardo Sarmiento Iglesias, busca vincular a la cantagalleros, con un pasado de pitonisas, sabios, brujos, cantores de tamboras y artistas reconocimiento; exaltndo una tradición que se trasmite de generación en generación; con el poder de Yemayá, la Diosa que parió nueve deidades africanas y las disemino por la fertilidad del río Cimitarra, para enriquecer la herencia de los pueblos de orillas de pescadores, que refreca el canto del chavarri, en la cultura anfibia que se esparce por la ciénagas y ríos.