Quien dijo que no hay gallo con pollito; en el departamento de Bolívar, muchos de los mandatarios están “culecos” con sus retoños, como lo estuviera cualquier macho de pavos reales cuando circundan la fronda, que alardea con sus polluelos, protegiéndolos para evitar que ningún depredador se les acerque; es tanto el amor que irradia el gobernador de Bolívar, Vicente Blel Scaff, a tal punto que convierte la chiquita Fátima, en una figura pública de Bolívar; después que aparecen en las redes sociales o incluso en los medios de comunicación, dando un toque del encanto mágico que genera en las futuras generaciones que gobernaran el mundo de los grandes.
En su Facebook personal escribió, después que ve a su Fátima, revoleteando escritorios y sillas: “Trabajo de Domingo con la Mejor Compañía.
¿Qué tal esta compañerita de oficina?
Mi princesa Fati es lo más bello que verán hoy.
Desde pequeña le estoy inculcando ese don de servicio y entrega por nuestro departamento; tenerla recorriendo los pasillos del Palacio de la Proclamación es mi mayor impulso para seguirla dando toda por Bolívar Primero.
Mientras que tres municipios del sur de Bolívar, sobresalen con sus niños, Simití, Morales y Cantagallo; los tres alcaldes han convertido a sus hijos en figuras públicas; el más popular de todos, registrado en una nota periodística por google es sin duda Matías, el primer niño de Simití, que inaugura campeonatos, parques y hasta fiestas de los niños y cuenta con una inteligencia sobrenatural que deslumbra a quienes le conocen.
Mientras que el chiquito Neguib, nace el 22 de enero del presente anuario, después que se calman los ánimos de la controvertida fiesta patronal de San Sebastián de Las Palmas en Morales, Bolívar y que por curiosidad lo quieren conocer muchos y que hoy gracias a este portal de Noticias, EL ORIGINAL, todos los pobladores de Colombia, tienen acceso a través de las redes sociales, de echarle un vistazo del niño que le cambio la vida al alcalde de los moraleros.
Extrovertido y moderno… incluso supera a su padre, porque brinca más que un cabrito; es el niño Henio Ricardo; que, como todo niño, tiene en su interior un volcán de alegría y la chispa en su interior, es un estallido de alegría, producto del brillo de vivir, que, en solo la mirada, genera ansiedad de amor. En Bolívar, si están los niños en el gobierno.