El muro de contención de Campopayares se lo llevó el río Magdalena.
La plática que se invirtió en el jarillón construido en el corregimiento de Campapayares, municipio de Simití, Bolívar, se desplomo, se lo llevó el río.
Después que se conociera que la corriente del caudaloso río arrastrara el muro de contención recién construido por el contratista Huber Marín, por un costo aproximado de 600 millones de pesos, deja al descubierto que en el gobierno de Jesús Alberto Ramírez Cardona, se
de obras, donde se han perdido los recursos, afectando a la comunidad que son las beneficiadas directos.
La corrupción es palpable y los entes de control, fiscalía, contraloría y procuraduría, se hacen los ciegos sordos y mudos frente a estos temas que dejan en evidencia la malversación de los erarios públicos en la alcaldía de Simití.
Las autoridades de socorro han declarado la alerta roja por el eminente peligro de más de 4 mil personas que residen en el poblado ribereño y por colapsar las losas, la población pide colocar la lupa para revisar los contratos que ha desarrollado la administración Local este año, donde está demostrado que el contratista utilizó material no adecuado para la construcción.