Por: David Torres, Periodista en Zona de Alto Riesgo.

En un acto de improvisación e irresponsabilidad que ha generado profundo asombro y desconcierto en la comunidad, el alcalde de Simití, en el departamento de Bolívar, Wilman Quintana González, demuele la sede del jardín infantil sin autorización del concejo municipal.

Como si fuera un dictador, sin ninguna proyección, sin autorización del concejo municipal, sin ningún estudio de viabilidad, factibilidad y teniendo además, una planta del mercado público subutilizada (construida en el gobierno de Luis Napoleón López 1980), Quintana González, ordenó la repentina demolición de la sede educativa de preescolar de “Capullito” pasando por encima las normas vigentes y las autorizaciones. La decisión, tomada de manera unilateral por el mandatario local, ha dejado más preguntas que respuestas y a caudado descontento en el pueblo.

Al parecer, el alcalde Wilman Quintana, emitió una resolución por su cuenta, asumiendo toda la responsabilidad para declarar el terreno y destinando al Punto de Abastecimiento Solidario (PAS), en un nuevo capítulo de lo que muchos consideran un gobierno nefasto, marcado por las improvisaciones, por la falta de conocimientos; imposición anacrónica y falta de diálogo a dejado una estela de inconformidad que atrasa a las comunidades.

La ausencia de concertación comunitaria ha sido una constante durante su administración, actuando repetitivamente a las espaldas del pueblo y violando las normas vigentes para edificar, desoyendo voces que piden inclusión y transparencia en las decisiones públicas, donde se construya un municipio ordenado proyectado al siglo XXI, y NO a la ligera, que se convierta en otro elefante blanco, para sumar a la miseria y al desorden urbanístico; obras, como para salir del paso, donde se mejore la calidad de vida de los habitantes y NO una mole sin planificación, sin estudio de impacto social, que coloca en riesgo los recurso.

Si bien existe un sector de la comunidad que apoya la construcción del PAS en el lugar donde antes funcionaba la sede del jardín infantil, son cada vez más quienes se preguntan si el progreso debe venir al precio de la ignorancia, de la memoria cultural y educativa de un pueblo que, en apenas 12 años, celebrará cinco siglos de historia.

Wilman Quintana González, esta identificado como el peor de los alcaldes que ha tenido el municipio de Simití, por su poco conocimiento en el manejo de la cosa política y en la gobernabilidad, porque desconoce el mínimo procedimiento administrativo de un gobierno que cada día improvisa constantemente; a convertido a Simití en una anarquía, dejando un municipio a la desidia.