Desde aquellas palabras grotescas de un exalcalde de Simití, “Tengo a los simiteños tomando agua de Miel…” marcó el pésimo servicio de agua potable que utilizaban los usuarios del municipio de Simití, hasta la era de Raúl de La Hoz Mendoza, que rompió con el paradigma de una pesadilla que duró muchos años; la comunidad mejoró sustancialmente en un casi 90 por ciento.
Sin duda alguna la población se surte 12 horas diaria y muchos aun desperdician el líquido preciado, sin la mínima conciencia de ahorro; aun en pleno siglo XXI, en el municipio aún hay viviendas que NO tienen una llave de control y aun peor, no revisan sus redes internas, ocasionado fugas, que dejan salir el agua que es tan costosa y que incrementan el gasto del erario púbico.
Uno de los puntos que hay que resaltar, es que aquella agua verdosa, que llegaba con excretas, mal oliente y que se desperdició en un 20 por ciento, paso a la historia; hoy para transparencia, CUAGUASIM, se recauda el dinero por medio de bancos o de operadores, donde una transparencia al manejo de los recursos y NO como se solía hacer en el pasado, que se pagaba por ventanilla, sin ningún control y la plata se convertía en dinero de bolsillo, que es la tentación para los corruptos.
A estos puntos positivos se suma, el mantenimiento de la planta de bombeo en el Cañito, de la planta de tratamiento en el cerro Holguín y, al equipo humano que labora en la empresa, mostrando una acción activa, presta a solucionar cualquier eventualidad que se presente.
En la época de verano del 2020, donde se presentó una sequía que superó más de seis meses y que dejó inclusive a la ciénaga de Simití, reducida a playones; se mantuvo el servicio en óptimas condiciones, que superó los pronósticos manejados inclusive por el gobierno central.
Hoy por hoy, COAGUASIM, ha mejorado su servicio y se proyecta a ser, una de las empresas responsables en el sur de Bolívar, igual a la de Arenal del sur o San Pablo, que prestar un buen servicio de agua potable.