Con dolor, alto mando del Ejército recibe soldado retenido por la FARC.
Por: David Torres, Periodista en Zona de Alto Riesgo.
La guerra de guerrillas y el paramilitarismo, le dejó de herencia al sur de Bolívar, miles de jóvenes enfermo a las drogas psicoactivas. El Teniente Coronel, Oscar Leonardo Beltrán Villalobos, comandante del Batallón Selva Numero 48, Prócer Manuel Rodríguez Torices, recibió de manos de una delegada de la Cruz Roja Internacional, al joven retenido por la disidencia de la FARC en el municipio de Santa Rosa del sur, Bolívar, cuando el uniformado intentaba comprar vicio para su consumo personal.
Este panorama de la drogadicción lo viven en carne propia cientos de familias que han visto recaer a sus hijos, hermanos en el flagelo de la droga; el sur de Bolívar paso de 0.3 por ciento a 35.8 por ciento de jóvenes consumidores en la región; ya que en la zona se exportaba cocaína y hoy se convirtió en consumidor; dejando desolación pobreza y muchos muchachos que se mueren por la adicción a la mariguana, el bazuco y la coca.
El comandante de la Fuerza de Tarea Conjunta Marte, orgánica de la Primera División del Ejército Nacional, Coronel, Luis Eduardo Cifuentes Villamarin, se permitió informar a la opinión pública a través de un boletín de prensa.
Se realizó la denuncia ante las autoridades competentes por el delito de secuestro de nuestro SL 18 Luis Domingo Morelo Gónzalez, cuando se encontraba de permiso.
Según la información conocida, esta acción criminal habría sido perpetrada en el municipio de Santa Rosa del sur, Bolívar, por integrantes del grupo armado organizado E37.
Los hechos a esta hora están siendo investigados, e inmediatamente se inició un dispositivo de búsqueda en coordinación con las autoridades.
De igual forma, se estableció comunicación con sus familiares y, a través de un equipo interdisciplinario, se brinda un especial acompañamiento.
Rechazamos este crimen atroz, siendo el secuestrado una clara y flagrante violación a los derechos humanos e infracción al derecho internacional humanitario.
Se exige que le sea respetada su vida e integridad física, así como inmediatamente el regreso a su familia.
Así está el panorama, que muestra que ni las instituciones en el sur de Bolívar, se escapan del infierno de las drogas alucinógenas; mientras exista la cocaína, esta será el motor de la guerra.