No es el Serengueti, ni Okavango en el África, donde los guardianes que defienden la vida silvestre persiguen indiscriminadamente a los cazadores furtivos; Los guardianes de la ciénaga de Simití, son ejemplo en América latina; el equipo de hombres en cabeza del Inspector de Pesca, Laureano Gómez Arévalo, han capturado a pescadores furtivos y han incinerado más de 125 trasmallos, que equivale en línea recta la longitud desde Aguachica, Cesar a la ciudad de Bucaramanga, Santander ida y regreso.
El juez Promiscuo de Santa Rosa del sur, Bolívar, acaba de sentenciar a tres trasmalleros a 42 meses de cárcel, por el delito de actividad ilícita de pesca; los reos pagaran un equivalente de tres años y medio en medida internación domiciliaria.
Los prisioneros serán remitidos a la cárcel de la ciudad de Aguachica, Cesar, donde serán notificados y devuelto a sus viviendas, donde purgaran la condena de casa por cárcel, si son capturados de nuevo y reinciden en el delito, los esperaría en el futuro una intramuros en la cárcel de Aguachica, Cesar o en Palogordo, Girón, al lado de los más grandes criminales del Magdalena Medio y Santander.
Los sentenciados fueron identificados como: Alfredo Brache, Luis José Cadavid y Heine Antonio Alcocer.
Muchos dicen que este équido de defensores de la ciénaga deben ganarse el premio Nacional de medio ambiental, porque están contribuyendo diariamente a que el 60 por ciento de la biodiversidad de especies de agua dulce que está amenazada, siga prevaleciendo por muchas generaciones y Simití es el único pueblo en Colombia, que la comunidad y las autoridades, incluso la policía y el ejército están involucrados en defender el ecosistema de la ciénaga grande de Simití, que conserva aún el 30% de las especies de aves endémicas y migratorias que existen en todo el país.